ALREDEDOR DEL VACÍO.
Nutrido por concepciones filosóficas tanto de naturaleza moderna como clásica, provenientes a la vez de oriente y de occidente, el principio organizador de la tarea configurativa de María Fernanda Zuluaga se ha transformado en la noción de vacío. Lo que una noción de esa naturaleza puede implicar para el trabajo de un artista es un sistema de apropiación de lo real que pueda implicar incluso su más completa intervención o crítica. Jackson Pollock, por ejemplo, señalaba que su interés dentro del trabajo pictórico era abordar la energía que conceptualmente para él implicaba fundamentalmente la posibilidad de cambio. Por eso su trabajo maduro parece abocarnos a una particular construcción de lo real que sintetiza lo alto y lo bajo, lo limpio y lo sucio, lo bueno y lo malo, lo profundo y lo superficial, de forma tan efectiva como lo hace con la línea y el color, la luz y el espacio, la figura y el fondo o incluso lo horizontal y lo vertical. Podemos afirmar que N° 1, 1948 de Pollock es una obra fuertemente corporal y matérica a la vez que puede parecernos intensamente espiritual e incorpórea.
En ese orden de ideas, Maria Fernanda Zuluaga ha desarrollado a lo largo de su carrera algunos proyectos que, alimentados por reflexiones inmanentes al ámbito pictórico, se han ido dirigiendo hacia el planteamiento de una obra de situación, que incorpora materiales industriales У construcciones espaciales entrecruzadas. Este cruce entre una concepción idealista (inherente a la practica pictórica) y una materialista o situacional, (generada por elementos contextuales) parece caracterizar la movilización de las prácticas artísticas occidentales a lo largo del último siglo en una forma similar a como lo hicieron las nociones de derecha o de izquierda dentro de la actividad política.
Lo interesante es que María Fernanda Zuluaga, ha enlazado esas dos concepciones y adicionalmente ha buscado reconocer las implicaciones de los contextos exteriores con que limitan sus objetos pictóricos, asumiéndolos como suplementos significativos lo que la ha aproximado a las prácticas instalacionistas.
En su proyecto "Vacío", plantea tres ejes de trabajo que van a mantener el cruce antes mencionado entre los principios estructurales de la pintura, como práctica simbólica y convencional, con los pormenores de sus rasgos materiales y contextuales en términos culturales.
El lugar de interacción entre los tres problemas escogidos: el marco, la construcción pictórica y el vacío, tiene que ver con el límite entre el trasfondo convencional de la pintura y el espacio en el cual ella comienza a formar parte de lo real.
Cuando María Fernanda Zuluaga se enfrenta al problema del marco desde el espacio pictórico, intenta reubicar el papel del límite que desencadena dentro de lo real, ya sea en relación con el espacio ideal representado o de acuerdo a las condiciones del lugar concreto que sirve de contexto físico.
Por esto intenta establecer principios de continuidad de uno dentro del otro, a fin de redefinir el papel del vacío circundante. La exploración de materiales y procedimientos que emplea en la construcción de sus imágenes, la ha conducido a reconocer las implicaciones culturales de sus contextos de uso originario que aparecen junto a la búsqueda de las relaciones formales que subyacen a las estructuras geométricas recordando lo que Jeffrey Deitch denominó geometría cultural. Esta situación hace que la dimensión de realidad se ubique fácilmente de uno u otro lado de la superficie pictórica tomándose en un momento como un contenedor o en otro como un contenido.
Jaime Cerón
Vacío
Museo de Arte
Universidad Nacional de Colombia
Año 2005
mf.zuluaga20@gmail.com