Jacaranda
Galería Salón Comunal
Año 2019
Jacaranda en Lisboa una obra etérea.
La obra de María Fernanda Zuluaga es aérea, compromete así el tiempo y el espacio y se nutre de varias fuentes para su creación. Es aérea porque se instala liviana y frágil sobre el espacio, recubre las columnas y las paredes de una forma flotante. Es suave pero profunda. Sale del interior de la artista, su manera de ver los objetos desde los ojos limpios, permite al espectador atisbar cierta riqueza interior. En Jacaranda se ve la influencia de muchos artistas, pero sobretodo de Henri Matisse y el escritor Fernando Pessoa. Hacia 1950 Matisse cortaba papel para incluirlo en su trabajo creativo.
A comienzos del siglo XX, el poeta recorría Lisboa y dejaba a sus heterónimos (Ricardo Reis, Alvaro de Campos y Fernando Caeiro, entre otros) bajar y subir las escaleras de la ciudad. Personajes acompañados de los cantos de Fados de los hombres y mujeres que miran tras las ventanas al mar, a la naturaleza.
María Fernanda Zuluaga transforma las escaleras en pliegues y abanicos. La exposición Jacaranda está compuesta por obras en su mayoría elaboradas en acuarela a veces haciendo collage sobre papel de fique previamente moldeado como objeto creado.
El compromiso con el tiempo y el espacio se aprecia en varios puntos. Primero, la obra trae la naturaleza a la ciudad, la naturaleza llega al espacio que la expone, acogiéndola. La obra tiene la flexibilidad de vestir los muros como capas. Se adapta al espacio que se le ofrece. La sombra cambiante del sol juega con la obra artística, dando aristas nuevas a los pliegues del obieto.
Segundo el abanico y los prenses dividen el espacio de una manera tridimensional que suele acompañar a la escultura, de tal forma, que esta obra es pintura pero al mismo tiempo escultura, como es el caso de la obra Una escalera al cielo y una escalera adentro (2019) en donde la parte escultórica tiene la misma importancia que la pintura, y anuncia la relación con la vida espiritual de la artista.
La obra Una mujer que sueña asomada a la ventana (2019) nos habla desde todos los tiempos posibles. El futuro para imaginar, el pasado para recordar y el presente para estar atenta tanto al espíritu interior, como al mundo natural exterior.
Es un arte interiorista porque reside en la ensoñación y el recuerdo. Tercero puede albergar el mundo escondido del pliegue. Es bisagra que abre o abanico que mueve el aire. Es pliegue que admite la curiosidad de una mujer que se asoma al mundo. Cuarto las bisagras de esta obra, permiten unificar la mirada del artista con las múltiples miradas del espectador. El abanico, las escaleras, las bisagras ayudan a conectar mundos.
Contaría la artista que Lisboa, se había convertido en una ciudad añorada sin conocerla.
Especialmente después de ver la película Una historia de Lisboa (1994) del director Wim Wenders y después de leer la poesía de Fernando Pessoa. Al llegar a Lisboa, la atención se recargó en los árboles que cubren toda la ciudad en el verano. El color azul violeta se convirtió en la ciudad de Lisboa, donde se canta el Fado y el puerto cuenta la historia del mundo. Luego vino el tercer tiempo, el del recuerdo de Lisboa y lo que quedó de ese viaje para conectar con el mundo creativo de la "Una mujer que sueña asomada en la ventana"
Esto es lo que vemos representado en esta exposición. Los tres tiempos: pasado que contiene lo imaginando, presente que implica estar atenta al ahora y un futuro que estará lleno de recuerdos de Lisboa.
La ciudad llama al ser de María Fernanda y así construye desde la esencia del sentimiento, el mundo etéreo de papel que logra llevar al espectador hasta ese mundo interior. Quizás sea conveniente aquí introducir el concepto de segmentaridad, que encontramos en Deleuze y Guattari: "Estamos segmentados por todas partes y en todas las direcciones. El ser humano es un animal segmentario. La segmentaridad es inherente a todos los estratos que nos componen. Vivir, moverse, trabajar, jugar: la vida está segmentada espacial y socialmente" (208)1. Agregaría que la obra de María Fernanda Zuluaga se basa en la segmentación para ayudar al sujeto a comprender otros puntos de vista de la compleja realidad.
Así mismo, Jean-Francois Lyotard y David Harvey, cuando argumentaban sobre la condición postmoderna, explicaban la importancia de aceptar en un sujeto la multiplicidad de micro narrativas que forman parte de la construcción de la identidad personal. De esta forma, nuestra identidad se debe concebir como capas de papel unas sobre otras impregnadas de narraciones de pasado y futuro. La obra de María Fernanda apela en el observador a dejar que la naturaleza actúe como centro y se entienda la importancia de la celebración de la vida en las cosas sencillas que nos rodean.
Beatriz L. Botero
Profesora University of Wisconsin Madison
mf.zuluaga20@gmail.com